jueves, 18 de septiembre de 2014

Mudados a Chandler, Arizona



El 07 de septiembre llegamos a Phoenix, Arizona. El proceso no fue tan caótico como pensé. Si bien era una mudanza, las cosas que mudamos ocuparon en total 6 valijas. El tema es que pensé que con el gordo y yo embarazada de 5 meses, iba a transformarse el viaje en un caos! Y más si considerábamos que en la combinación en Houston teníamos que recibir las valijas y despacharlas nuevamente. Por suerte no fue tan traumático. Nos pudimos arreglar bien, los vuelos salieron a término y el gordo se bancó bastante bien el viaje, que en total fueron como 16 horas. Y el plus...logramos alquilar un auto en el que nos entró todo!!!

En menos de una semana logramos conseguir apartamento y mudarnos a Chandler! La verdad que fue más rápido de lo que pensé. No es que no me encante estar en un hotel, pero con un nene de 2 años se complica un poco...más el tema de la comida, más que no teníamos algo para comer cerca, más que...¿cómo lo entretenía?! Imagínense que a las 17 hs, salís a fuera y todavía hacen 38 grados de calor!!! Acabábamos de llegar de días de menos de 10 grados, de golpe este calor...oh my gosh!!!
El famoso cactus!
Creo que me va a costar adaptarme, en todos los sentidos. La experiencia previa en Uruguay me ayudó, de alguna manera, a ver qué me pasaba con esto de irme a vivir a otro país, a transitar el desarraigo. Y para que mentir...como que no me llevo muy bien ja, pero sé que tiempo al tiempo. Y que este tiempo puede tomar más al ser una cultura tan diferente, con costumbres tan distintas, con paisajes desconocidos, con un idioma que me encanta pero que tengo mucho que aprender por delante. Amaba vivir en Montevideo. Reconozco que los primeros meses también fueron un poco duros por este tema del desarraigo, pero con el tiempo llegué a enamorarme de ese país, de esa ciudad de su gente, de las costumbres (no muy diferentes a las nuestras), de ver a la gente pasear con mate en mano por todos lados, del paisaje, de las nuevas personas que aparecieron en nuestro camino. Aunque  también no puedo dejar de reconocer que sería injusto no darle una chance a esta nueva experiencia, por más que ahora me pese. 
Me propuse ponerme pequeñas metas, ocupar mi mente, no proyectar a largo tiempo sino simplemente pensar...¿de qué manera puedo aprovechar esta experiencia? ¿cómo puedo enriquecerme? ¿Qué puedo ir aprendiendo?
Mis emociones están a flor de piel, y ni que contar cómo están mis hormonas con el embarazo! Así que paso a paso...y tiempo al tiempo. 




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