miércoles, 27 de agosto de 2014

Adiós Montevideo!


Y la foto que no podía faltar!


Estos días fueron de mucho movimiento y creí que al tener mi cabeza ocupada con todos los temas de la mudanza iba a hacer que la despedida fuera menos dolorosa...me equivoqué!.
Mañana estamos comenzando con la mudanza (y digo "comenzando" porque inconvenientes de último momento, para variar, resultaron en una mudanza que nos va a llevar más de la cuenta). No puedo creer lo rápido que pasó el año. No puedo negar que al principio se me hizo muy duro pero no por venir a esta ciudad de la que rápidamente me enamoré, sino porque es la primera experiencia de este tipo y a veces el desarraigo se hace un poquito duro (lloré como 2 meses seguidos).
Esta semana me fui despidiendo de los amigos que gané en Uruguay y hoy tocó el jardín del gordo. Confieso que con esta última despedida se me hizo un nudo en la panza! Me acuerdo de las primeras semanas del gordo...creí que nunca se iba a adaptar (bah adaptarnos, por qué mentir, no?) y ahora que pasaron meses de ese momento, sólo me llevo hermosos momentos vividos. 
Tantas cosas voy a extrañar! Siempre dije que me podría quedar a vivir tranquilamente acá! Algo que ganamos al venir a vivir acá es mucha tranquilidad...la necesitábamos. Amé esa sensación de caminar sin estar paranoica, de salir a pasear de noche (que linda la rambla en verano de noche!!), de sentirme segura...eso es algo que no se puede medir. 
Otra cosa que disfruté mucho pero mucho es ver a la gente andar con mate en mano para todos lados...y todos lados es todos lados!!! (banco, supermercado, calles, etc.) No sé por qué pero ya de solo verlo me saca una sonrisa. Será que el mate para mi es símbolo de encuentro, de desconexión.
Algo que me llevo y que fue un placer disfrutar fue de esta hermosa vista...
Con esta imagen me levantaba cada mañana


No se dan una idea de lo que he disfrutado durante el año que nos hemos quedado en Montevideo levantarme con esta imagen, con este paisaje. Creo que saqué 1000 fotos desde el balcón!!! No me cansaba de ver hacia afuera. A veces me levantaba en el medio de la noche a buscar algo para tomar (je...y me comía una banana...antojo de embarazada!) y me quedaba por unos minutos viendo este mismo paisaje iluminado por la luna.
La verdad que haría de este post un libro si escribiera todas las cosas que voy a extrañar (que ya de hecho extraño). Iré compartiendo mis días de nostalgia....

Adiós mi querida Montevideo! Guardo la esperanza de volverte a ver!















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