Nuevas miradas, nuevas realidades

Imagen gentileza de Picjumbo

Antes de nacer mi hijo, estando embarazada, tenía todo lo laboral más que planificado y asegurado. El día que vi esos ojitos, apenas me lo trajeron a la habitación de la clínica, todas mis certezas se desplomaron. Mi licencia se extendió (la extendí) y cuando llegó el momento de decidir, vino a mi la gran pregunta ¿qué hago?! No me imaginaba no trabajar pero mucho menos me imaginaba dejar a mi hijo en una guardería con tan sólo 4 meses. Sentía que mi corazón no lo iba a soportar. Sabía que muchas mamás necesitan volver a su trabajo y que con el tiempo ese corazón, que parece romperse, iba a comprender que esa era la mejor opción para ese momento pero pensar de esa manera no cambiaba mi mirada...una nueva mirada que nació el mismo día que nació Ben. Yo quería seguir compartiendo mis mañanas con él, ser yo la primera que le de un beso apenas se despertara, dormir una siesta junto a él, tener la posibilidad de acompañarlo al jardín, etc. En definitiva, vivir y disfrutar de los primeros años de su vida, llenos de aprendizajes. Mi trabajo en relación de dependencia no me lo permitiría, así que charla de por medio con mi jefe, tomé la decisión de renunciar.

Pero como mencioné antes, no me veía sin trabajar. Decidí entonces apostar a mis sueños, a mis proyectos, a dejarme llevar por ese amor inmenso que tanto me inspiraba (y aún hoy lo hace). Ahí nació Willing, mi consultora especializada en temas de Coaching, PNL y Neuropsicoentrenamiento. No sabía por dónde empezar, no tenía experiencia en el trabajo freelance o autónomo. Pero nada de eso me importaba, no me importaba el tiempo que me podría llegar a llevar, estaba decidida y estaba feliz con la decisión tomada.

Mientras disfrutaba a Ben, seguía capacitándome para adquirir nuevas herramientas que me permitieran llevar mi proyecto adelante. De a poco fue tomando forma y felizmente comencé a brindar capacitaciones presenciales. Otra vez comenzaban a aparecer nuevas certezas y con esas certezas, una nueva planificación a nivel laboral.

Ahora bien, nuevamente se me iba a presentar una nueva realidad...nuestra mudanza a Uruguay ¿tendría que dejar mis proyectos de lado? ¿cómo podría seguir con Willing a la distancia o en otro país? No veía manera. Había pensado en viajar a dar las capacitaciones pero no me parecía un plan que iba a poder sostener a lo largo del tiempo y más aún sabiendo que nuestra permanencia en Uruguay iba a ser temporaria y que nuestra aventura continuaría en Estados Unidos. "Ya está" pensé, "por algo las cosas se dan de esta manera". Y me encontré con estas conversaciones internas recurrentes. Me invadió una sensación de tristeza y desgano absoluta. Pero después me replantié como yo siendo coach e impulsando  el cambio en los demás y teniendo ciertas distinciones, me ponía en ese lugar de "víctima"...¿cómo puede ser que las circunstancias me determinen o definan? ¿qué me impedía seguir con mi proyecto? ¿qué necesitaba para poder continuarlo? Y ahí cambié mi mirada, pero para hacerlo necesité dejar de aferrarme a los "por que" o a esas explicaciones que justificaban mi no-acción y comenzar a preguntarme "cómo", "¿de qué manera puedo hacer que esto funcione?" "¿qué es lo que sí puedo hacer frente a las circunstancias y el contexto actual?" Y cambiando mis preguntas, comencé a encontrar otras respuestas. Hoy Willing está más vivo que nunca. Todo mi proceso de transformación interna también sirvió para trasnformar Willing, para darle otro rumbo. Hoy en día las tecnologías nos abren un abanico de posibilidades, nos permiten acortar distancias y nos animan a no dejar de lado nuestros proyectos por una cuestión de "distancia" física o geográfica. Hoy apuesto a más  y puedo decir que muy pronto vendrán los talleres on-line de Willing. 

Bienvenidas nuevas miradas, bienvenidas nuevas realidades.