lunes, 6 de octubre de 2014

Adaptación al jardín...esta película ya la vi!


Mañana comienza Ben la guardería en Estados Unidos. Y esta historia ya la viví. La película se repite y la verdad que no quiero volver a verla!!!. El período de adaptación en Uruguay no fue fácil. Los primeros días era un llanto ensordecedor: Me llamaban para que lo fuera a buscar porque no había caso. Creo que nunca terminó de adaptarse al 100% aunque en pocos meses hizo un avance enorme y si bien no disfrutaba el desapego inicial, la pasaba my bien el resto de la mañana ¿Y la madre? Otra que sufrió la adaptación. Igual le puse pilas eh. Y tampoco me costó como a él...me aprobaron antes =). Soy Coach, soy Trainer en PNL, me formé como Neuropsicoeducadora...y en estos momentos pareciera que tuviera amnesia de recursos!! Me quedo pensando "cómo era esto de disociarse?" "¿Qué es esto de inteligencia emocional?...nada che!
Lo bueno es que al ser honesta, registrar y reconocer mis emociones (ah pero esto es uno de los pasos de la inteligencia emocional, tan mal no estoy...no?), me permite poder hacer algo con esto que me pasa (escribir es una buena alternativa!) 
Necesité bastante tiempo para decidirme y anotar al gordo en una guardería. No me hallo en este sistema. No puedo dejar de comparar con la experiencia en Uruguay y no me termina de convencer. Es todo muy diferente...los espacios, las maestras, etc. 
 En Uruguay me pasó que apenas entré al Liceo Francés, me dije "este es el lugar!". No sé, fue una suerte de amor a primera vista con el establecimiento. Y la verdad que sigo creyendo que fue una excelente decisión. Pero acá la sensación fue otra; entré a dos de ellos y salí con un cierto sabor amargo. Es difícil ponerlo en palabras porque sé que había muchas cosas en juego: creencias, comparar con una experiencia anterior, mi miedo a lo desconocido, mi dificultad para disociarme de la angustia del gordo...y tanto más! Terminamos eligiendo una guardería que nos recomendaron todas las madres españolas que viven en el barrio.
Internamente sé que le va a hacer bien. Noté muchos cambios positivos en él cuando comenzó el jardín en Uruguay: desarrolló nuevas habilidades, comenzó a sociabilizar más, de a poco fue perdiendo ciertos miedos y logró entender que por más que no viera a mamá por unas horas...ella iba a estar firme ahí cuando saliera para abrazarlo y decirle cuánto lo extrañó. 
Cuando uno es expatriado y se muda a otro país, necesita tiempo para entablar relaciones, para procesar sus emociones, para adaptarse a la cultura del país, para establecer ciertas rutinas. Cuando llegamos a Uruguay recuerdo que, al principio éramos él y yo, una suerte de "24 hs. al día" (y el papá al salir de trabajar) Ya no estaban sus amiguitos y primos, con quienes renegaba, jugaba y se divertía. Empezar el jardín no sólo significó un gran avance, en lo que a su desarrollo respecta,  sino que también le permitió tomar contacto con nenes de su edad, conectarse con el juego como elemento de aprendizaje y generar nuevas rutinas. 
Sé que esta experiencia va a ser un nuevo desafío. Acepto lo que me pasa, respiro y me digo "vamos que se puede!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario